miércoles, 26 de febrero de 2014

¿Es malo tener mala suerte?


¿Es malo tener mala suerte?


El artículo nos presenta a dos amigos, Bell y Haig, tomando unas cervezas n un bar. Cuando llega la hora de cerrar, los dos se dirigen hacia sus coches con unas copas de más.

Bell llega a casa sin ningún problema y al día siguiente se levanta como cualquier día normal, aunque con una ligera resaca debido a la noche anterior. Sin embargo Haig no tiene la misma suerte ya que este mientras se dirige a su casa se encuentra con un joven en medio de la calle al que atropella causándole la muerte en el acto. A Haig le caerán varios años de cárcel, mientras que a Bell solo le costará una multa y la retirada de varios puntos de su carnet de conducir, aunque Bell ha cometido el mismo error que Haig, conducir borracho, sin embargo Haig no ha tenido la misma suerte que Bell al encontrarse con ese joven en medio de la calle y atropellarlo. En este caso, se podría decir que Haig ha tenido mala suerte aunque sobre la suerte no se puede actuar y no la podemos controlar.

La diferencia entre el caso de Bell y el caso de Haig es notable, debido a las consecuencias que se han producido, ya que Bell no ha matado a nadie a diferencia de Haig que ha acabado con la vida de una persona.

Aunque deberíamos juzgar a los dos de igual modo, ya que Bell también iba conduciendo borracho y también podría haber atropellado a alguien, pero Haig solo tuvo la mala suerte de encontrarse con esa persona en medio de la calle, ya que el no quería matar a nadie. De este modo se podría decir que los dos son igual de culpables por conducir borrachos.

La suerte no entiende de comportamientos buenos o malos, en este caso debería existir la suerte moral, ya que la mala suerte puede convertirnos en malvados y el ser malvado puede atraer la mala suerte.

La suerte que existe es la suerte resultante, donde el azar resultante de una acción puede afectar a nuestra evaluación del mismo, es decir, en este caso, juzgamos de distinta manera a Haig y a Bell porque la consecuencia de que Haig fuera conduciendo borracho es la muerte de una persona.

Aunque si juzgamos desde las intenciones de cada uno es distinto, ya que los dos tiene la misma intención, no matar a nadie, y por lo tanto ser juzgados del mismo modo, aunque el control de las intenciones depende del tipo de personas que seamos, pero existen muchos factores que nos configuran como personas y sobre las que no tenemos control, como el carácter; muchas personas no pueden controlar su carácter ni cambiar su forma de ser, ya que decimos que somos así por “naturaleza”.

Por otro lado también podemos hablar de la suerte circunstancial, en la que hasta que punto una evaluación moral puede depender de las circunstancias.

Si hablamos de la suerte moral se nos plantean los mismos problemas anteriores. Si Haig, por su propia voluntad libremente no quiso matar a nadie, no existe la libertad de esa persona para matar y por lo tanto no se le puede responsabilizar de la muerte.

Para algunos filósofos, la suerte moral no existe e intentan buscar otra solución, pero para otros filósofos si existe la suerte moral y a partir de ahí siguen evaluando.

En conclusión, podemos decir que la buena suerte atrae y favorece el bien y hace que nos comportemos bien y la mala suerte atrae el mal y la maldad y hace que nos comportemos mal.

2 comentarios:

  1. Me ha parecido muy interesante este texto,por lo cual procedo a comentarlo.En primer lugar,no depende del individuo en sí, que se produzca en él,el llamado"golpe de mala o buena suerte", todo depende del azar. Este no sigue ningún criterio racional tan sólo existen circunstancias que,a través de cierta participación predisponga a la fortuna o al infortunio.
    En el hecho narrado anteriormente es verdad que conducir bajo los efectos del alcohol,y al producir esto,un deterioro en la percepción y en la conciencia aumentan la probabilidad de que ocurra este penoso hecho.
    Considero que moralmente Haig no es responsable,pero si legalmente.Su imprudencia provoca el fatal desenlace, aunque Bell se libra circunstancialmente.
    En mi opinión,toda conducta que no se ajuste a un comportamiento correcto es reprochable moralmente,en este sentido,ya que puede traer fatales consecuencias sin intencionalidad.

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  2. Después de leer algunos artículos me decidí a comentar el tuyo por la reflexión que la historia hace: dos amigos están borrachos, ambos cogen el coche pero sin embargo uno atropella a una persona y el otro llega perfectamente a su casa.
    Al igual que la persona que ha comentado el artículo anteriormente, creo que se trata de un hecho circunstancial, del azar, ya que a pesar de que ambos se encontraban en el mismo estado de embriaguez, Haig se encuentra con una persona en mitad de la calle y acaba atropellándolo.
    Ambos son culpables de conducir bajo los efectos del alcohol, y aunque es cierto que Bell parece tener menor grado de culpabilidad, ambos son igualmente culpables, solo que el azar ha querido que sea Haig el que tenga el infortunio de atropellar a una persona.
    En lo demás, te felicito por lo bien redactado del artículo y la expresión y ortografía.

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